Toledo tiene en su historia dos momentos claves que lo vinculan al devenir de al-Andalus: su inicio y el comienzo su final.
Con el paso de los siglos las almojábanas, este panecillo dulce han ido evolucionando y adoptando nombres distintos desde época andalusí pero ninguna otra elaboración culinaria de esta época gozó de tanta popularidad y fue tan consumida por igual entre las tres religiones andalusíes, ni se extendió en el tiempo y por la geografía hispana. A la almojábana, Ibn-Zamrak se refería en su poema como: un cuerpo trémulo, blanco como el queso y frito.
El camino que llevó al comino y a esas naranjas a convertirse en una pieza fundamental de la dieta cubana pasa por la llegada de los españoles, herederos de una revolución verde y agrícola que se produjo en al-Ándalus en la que Toledo, Tulaytulá, jugó un papel protagonista.