Ahmed Acharaf
De los numerosos artesanos que trabajan el bronce cincelado en la ciudad de Fez, Ahmed Charaf está considerado uno de los «maalem» (el maestro) por excelencia. La orfebrería de Fez es uno de los exquisitos legados andalusíes que han pervivido a lo largo de los siglos, cuyas obras continúan siendo exportadas para adornar las mesas y salones de los palacios más suntuosos del mundo.
Desde siempre, en Marruecos las artes del metal fueron una especialidad de los judíos, tanto en la joyería como en la elaboración de todo tipo de artículos en metales preciosos, destacando los tradicionales puñales, pero desde hace décadas los orfebres musulmanes son mayoría. De manera completamente artesanal, los orfebres marroquíes realizan fabulosas creaciones con técnicas como el grabado, la filigrana y el damasquinado. En el país vecino se valora la distinción de los artículos de plata en la mesa, en la que ocupa su lugar de honor la ritual tetera. La delicada tarea de los orfebres se plasma en hermosas piezas grabadas a mano que ofrecen decoraciones geométricas y florales de un detalle y perfección inigualable.