Alba Ramírez
Arquitecta de profesión y Máster en Construcción y Tecnología de Edificios Históricos, con formación en restauración y conservación del patrimonio arquitectónico. Su especialización se centra fundamentalmente en el estudio e intervención sobre sistemas constructivos históricos y tradicionales, que se encuentran tanto en elementos con cierto valor patrimonial como en arquitecturas vernáculas.
A lo largo de su trayectoria profesional he llevado a cabo, tanto de manera personal como junto al Centro de Investigación de Arquitectura Tradicional (CIAT) vinculado a la Universidad Politécnica de Madrid, actividades de formación de dichas técnicas a partir de la realización de cursos y talleres prácticos de cantería, construcción con tierra, carpintería de armar española y lacería, entre otros; así como actividades de promoción y difusión de los oficios tradicionales en activo en la actualidad a través de la Red Nacional de Maestros de la Construcción Tradicional.
El estudio y especialización sobre estos sistemas constructivos se debe a la necesidad de comprender que cada elemento arquitectónico de valor patrimonial es el resultado de un contexto histórico, social y económico, y precisamente adquiere valor debido a estos aspectos. No sólo es necesario conservar el elemento arquitectónico en sí mismo, sino también el cómo ha sido construido, pues dichos sistemas son también parte de su identidad y de nuestra herencia cultural.
En sus experiencias en diversos talleres en Marruecos vió que ese patrimonio arquitectónico basado en las arquitecturas de tierra, cal, yeso y madera continua vivo gracias a los oficios que lo mantienen y que están en activo, pues el objetivo no es sólo la conservación o consolidación, sino la transmisión de ese conocimiento constructivo para que se siga realizando y así mantener viva esa tradición que poco a poco estamos perdiendo en España.
La recuperación de elementos patrimoniales y conjuntos históricos es cada vez una necesidad más demandada. Sin embargo, habitualmente olvidamos que gran parte de las construcciones patrimoniales se han conservado y han llegado a nuestros días porque se encontraban protegidas frente a la intemperie y agentes atmosféricos. Esta protección no es otra que los revestimientos de tierra, cal y yeso, así como los pigmentos naturales utilizados tanto en los morteros como en estucos, fingidos y demás decoración pictórica. Todo ello conformaba el cromatismo de las ciudades, la piel más visible de éstas, que hoy se
está perdiendo y sustituyendo como si los edificios hubiesen permanecido siempre desnudos.
Con esta reflexión surge la necesidad de documentar y poner en valor las pervivencias de estos revestimientos y colores, ya presentes en el mundo andalusí, como por ejemplo en la ciudad de Toledo. De comprender cómo las ciudades lucían colores y eso formaba parte de su identidad. De entender cómo se realizaban dichas técnicas y con qué materiales, pues la arquitectura está estrechamente relacionada con el lugar y con los recursos naturales cercanos.
Actualmente, trabaja en el estudio de arquitectura Lavila Arquitectos S.L.P, realizando labores de documentación, desarrollo y ejecución de proyectos de restauración que emplean, recuperan y ponen en valor los sistemas constructivos tradicionales en edificios históricos.