
Hadîth Bayâd wa Riyâd. Entre la Escuela de Bagdad de la pintura islámica y la Escuela de al-Andalus. Estudio estético comparativo.
El manuscrito “Bayad wa Riyad”, que versa sobre una historia de amor cortés que transcurren en al-Andalus, nos ha llegado a través de tres manuscritos conservados en Dublín, París y la Biblioteca Vaticana, siendo el único manuscrito andalusí ilustrado que se conoce. La versión que se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana en Roma (Vat.ar.368), está considerada como una de las más importantes en circulación, debido a su valor artístico en la ejecución y el tratamiento. Este manuscrito contiene miniaturas artísticas que representan algunos eventos de la historia y retratan las características de su época y sus personajes. Sin embargo, la historia no nos ha llegado completa ya que le faltan el principio y el final, y presenta algunos saltos narrativos e interrupciones contextuales.
La historia de Bayad y Riyad es un punto de encuentro entre los diferentes y múltiples enfoques de muchos investigadores, donde su atención se disputa en varias disciplinas, diversas en métodos y objetivos. Por un lado, se manifiesta la importancia de la narración en su relación con la narrativa árabe, antigua y moderna, ya que la historia, especialmente en la versión del Vaticano, se encuentra en varios aspectos lingüísticos y estilísticos con el carácter narrativo de las noticias, relatos y cuentos que nos llegaron de las eras omeya y abasí.
Además, por otro lado, en el manuscrito del Vaticano se pone de manifiesto el valor de las miniaturas y la pintura artística, así como la delicadeza del dibujo. Se considera éste como uno de los manuscritos más antiguos del mundo que abordan los aspectos artísticos pictóricos en al-Andalus. Esto se debe a su singularidad en comparación con la escuela de Bagdad, dada su alta sensibilidad en términos de colores y composiciones formales, y la fluidez de los trazos hispano-magrebíes. Este estilo lineal alcanzó su forma y curvas completas con los calígrafos de Córdoba y la biblioteca del califa Al-Hakam II (961-976).
Las miniaturas y dibujos del manuscrito Hadîth Bayâd wa Riyâd, un documento vivo, atestiguan el avance social que alcanzó la civilización andalusí a través de la atención que el ilustrador deparó a algunos detalles con los que se representa la vida en al-Andalus, como las superficies de tejas de los techos piramidales de los palacios y jardines andalusíes, elementos importantes y precisos que permiten al estudioso determinar que el manuscrito fue copiado en España en el siglo XIII, período almohade.
El autor de esta obra es desconocido, aunque se cree que era un andalusí que vivió en el siglo XIII. A pesar de que los trazos utilizados en ese momento en el norte de África y en al-Andalus eran similares, algunos detalles arquitectónicos y textiles parecen indicar que la historia transcurre en al-Andalus, durante el período almohade, y hacen pensar que haya tenido lugar en Córdoba, no en Sevilla como tradicionalmente se ha pensado, habida cuenta de las lujosas vestimentas representadas en las ilustraciones, que portan los colores y motivos entrelazados que distinguían a esta ciudad, y a otros significativos detalles como la noria, que bien podría remitirnos a la gran noria cordobesa de la Albolafia. Sin embardo, un nuevo e importante estudio del investigador jordano Faiz Al-Qaisi, “Hadîth Bayâd wa Riyâd, Estudio, Análisis y Comparación”, lo atribuye a Abu Ishaq Al-Sahili, el literato, poeta y arquitecto granadino (1290, Granada – 1346, Tombuctú).
El manuscrito está compuesto por treinta hojas y catorce miniaturas, siendo sus dimensiones 28,2 por 20 cm. Se utilizó el papel como soporte, tintas de colores y goma arábiga, que se extraía de la planta de Acacia, cuya función era mantener los colores.
La historia se desarrolla en al-Andalus, donde Bayâd, un comerciante damasceno, se enamora de Riyâd, la joven hija del mayordomo del califa. Los personajes centrales en la historia de este romance son tres: Bayâd, Riyâd y la anciana mujer narradora, quien actúa como intermediaria entre los amantes facilitando los encuentros y organizando las citas, como se explica en una de las miniaturas en la página 10 del manuscrito. La anciana arregla un encuentro para ellos durante una velada de canto organizada por la señora del palacio, la hija del visir; los amantes cantan y tocan el laúd, proclamando su amor.
Bayâdes el personaje central sobre el que gira esta historia de amor. Se presenta a sí mismo a través de esta introducción, diciendo:
“Yo soy Bayâd bin Al-Husayn bin Muhammad bin Idris Al-Khazai, de la ciudad de Damasco en Siria, y viajé con mi padre a su país (refiriéndose a al-Andalus)para comerciar, pero mi padre partió y me dejó con algunas pertenencias.”
La historia, al final, tiene un final feliz: Bayâd y Riyâd se encuentran gracias a los trucos de la mujer anciana. Las ilustraciones representan el texto de manera bastante precisa. Se considera un texto que tiene algunas intersecciones en términos de construcción lingüística con los textos descriptivos iraquíes, como las Maqamat de Al-Hariri, Kalila wa Dimna o el manuscrito de Mashhad.
El texto de la copia de la Biblioteca Vaticana y la secuencia narrativa en las construcciones de la historia, sigue siendo la única versión que se alinea con el espíritu del texto del manuscrito, en comparación con las versiones de Dublín y París. No hay elementos suficientes para determinar si el manuscrito de Al-Ándalus copió otros manuscritos orientales, o si las influencias artísticas en la forma de escribir el texto llegaron a Al-Ándalus a través de otros medios, como las inscripciones en cerámica o en los textiles. Esto también podría explicar la representación de personajes típicos de Samarra, mientras que el resto de las características pertenecen a la escuela de Bagdad de la pintura islámica, con variaciones en algunos usos del color en el manuscrito de al-Andalus.
Los rostros se representan en perspectiva de tres cuartos, los cuerpos en vista frontal y los pies de lado. Este modelo no se aplica a todos los personajes, pero sí a la mayoría de ellos, aunque la precisión de la representación en los manuscritos de Bayâd y Riyâd es mayor que en los dos manuscritos de la escuela de Bagdad.
El historiador del arte alemán Richard Ettinghausen (1906 -1979), describe el ideal samariano de la belleza femenina, que, creo, coincide perfectamente con las mujeres de nuestro manuscrito: “las mujeres tienen una cabeza muy ancha y pies pequeños”. Sus rostros son grandes, lunares, inexpresivos y se caracterizan por ojos grandes, una nariz ligeramente inclinada, mejillas y un mentón llenos. Sus elaborados peinados consisten en mechones ondulados en la frente, mechones rizados frente a las orejas, y trenzas gruesas. Sus cuerpos son pesados, incluso poco gráciles, pero este peso, como todas las características anatómicas, expresa el ideal árabe y persa primitivo en su trato con la belleza femenina.
El detalle exagerado de los pliegues de la ropa también se debe al estilo samaraní de la escuela de Bagdad. La representación de las “dos bailarinas” es un ejemplo ilustrativo de esto. Este estilo continúa en el mosaico de la «Capilla Palatina en Palermo» y en muchos ejemplos de pintura fatimí, que podrían ser el origen del tipo de figura en este manuscrito. Según Ettinghausen, el estilo persa-iraquí predominaba en el Egipto fatimí. Un examen minucioso de la vestimenta no revela ninguna huella de los patrones textiles andalusíes. Las figuras llevan vestidos uniformes en colores verde oscuro, naranja, rosa y azul grisáceo. La paleta de colores utilizada en los detalles de la ornamentación textil se compone del rosa, verde oscuro, azul gris oscuro, oro, marfil, marrón claro y naranja, con la ausencia del rojo, azul claro y verde.
Técnicamente, para llevar a cabo esta ilustración, se utilizaron pigmentos y colores naturales procedentes de minerales, plantas, huesos quemados y piedras semipreciosas y preciosas machacadas, mezclados con goma arábiga. El verde esmeralda verdadero, el rojo de cadmio, la tierra de Siena, el henna, el blanco de plomo, la malaquita y los huesos quemados son todos fundamentos de los pigmentos utilizados en la ejecución de esta decoración con pincel.
En la página número 17, se representa la recepción de la carta a través de la postura de Bayâd, sentada fuera del palacio donde se encuentra su amada. Esto refuerza el carácter dramático de la escena. La dama está representada impulsándose hacia adelante desde el borde, lo que enfatiza el acto de entrega. Cubre su boca con un pañuelo, una tradición que era común en al-Andalus al tratar las relaciones amorosas.
La característica común del manuscrito andalusí y los manuscritos bagdadíes, es la representación de la naturaleza. Dos tipos de árboles están presentes: el ciprés, metáfora del amor por su perenne verdor, y un árbol frutal con las ramas entrelazadas. En los manuscritos bagdadíes no hay referencias a la representación de la naturaleza en relación con el hábitat al que se atribuye la planta, a diferencia del manuscrito “Hadîth Bayâd wa Riyâd”, donde la elección de los árboles es deliberada y adecuada para aludir a la idea del “jardín” y al arte de la jardinería que despuntó en al-Andalus.
Según los historiadores del arte Oleg Grabar y R. Ettinghausen, Hadîth Bayâd wa Riyâd, fue identificado al principio de su descubrimiento como andalusí por la arquitectura representada en sus miniaturas. Esta es la característica más distintiva, que encuentra sus raíces en al-Andalus. La escritura también es identificada en su forma cursiva, como señaló el profesor Hellenbrand. Un examen más profundo de las ilustraciones permite detectar otros elementos que forman parte de la cultura y el arte andalusíes, debido a que su estilo caligráfico no se utilizó en ningún manuscrito de las colecciones de la escuela de Bagdad.
El enfoque en la arquitectura es una prueba de que los eventos de “Hadîth Bayâd wa Riyâd” transcurren en un ambiente aristocrático y lujoso, recreando este espacio de manera repetitiva en la decoración del relato: el palacio, el jardín, la ropa y las joyas. Esta es una parte importante del tratamiento del “amor” en el mundo árabe. El protagonista pertenece a la clase adinerada, pues es libre de acceder a los palacios de la nobleza. El aspecto general del edificio principal puede definirse como “el Alcázar “, que desde el exterior parece una fortaleza, con sus pesadas paredes rotas y aligeradas solo por la elegancia de las torres cuadradas con sus minaretes y techos puntiagudos.
El jardín con césped y árboles frutales es un escenario recurrente en el que transcurren la mayoría de las escenas, lo que demuestra que este espacio representó en al-Andalus una expresión de riqueza y arte de vivir. En la imagen que aparece en el reverso de la hoja 14, se pueden apreciar detalles de los elementos arquitectónicos también presentes en el jardín andalusí.
Dijo la anciana: “Cuando la joven terminó de cantar, el portero le dijo: ‘Tu corazón es duro con tu amado, oh joven'”.
Dijo que sí, y por tu vida, oh mi señor. Luego miró al portero y me dijo: “¿No es esta sirvienta hermosa, hermana?”
Dije que sí, que Dios lo arregle, señor el portero.
Mi viaje y mi complejidad con este manuscrito
Dado que he estado trabajando en el sistema artístico producido por la genialidad andalusí, este manuscrito “Hadîth Bayâd wa Riyâd” se cruza con su estilo elevado al abordar los más altos y sublimes sentimientos humanos. He trabajado en desenterrar su momento, restaurando sus personajes y dándoles nueva vida, desde el texto del manuscrito hasta un nuevo espacio de revelación, donde la tinta y los colores se mezclaron con el barro y las orillas del Guadalquivir, y mi estancia en Córdoba. Así, he creado una nueva colección artística titulada “El viaje de Bayâd en busca de Riyâd».
También invoqué al personaje de Bayâd y lo animé a través de un corto video animado.
Foto portada: Bayâd, tumbado y aturdido junto al río, es observado con simpatía por el pariente del anciano. En la arquitectura, se destacan los arcos puntiagudos de las torres con balcones abiertos y otros con ventanas dobles en forma de herradura, y ambas torres están cubiertas con techos de tejas cuadradas en forma de pirámide, alternando la colocación de piedras y ladrillos, detalles de los elementos de la arquitectura andalusí.
Bibliografía
- Hadîth BayâdwaRiyâd ,NaoyaKatsumata – Haitham Mahmoud Al-Sharqawi – Ahmed Zein El-Din, El Cairo.
- El impacto del Oriente Árabe en la historia de Bayad y Riyad, Dr. Fouad Omar Al-Babali – 2022
- EttinghausenPintura Árabe, Ginebra 1977
- Ettinghausen, ArsIslamica, 1942, v. 9 “Pintura en el período fatimí: una reconstrucción” Fundación de cultura islámica, Jardines públicos y lugares de paseo, Centro Virtual Cervantes http://cvc.cervantes.es/actcult/jardin_andalusi/
- Arshispaniae, Historia Universal del arte hispánico, V.XVIII Jesús Domínguez Bordona, “Los orígenes y el arte Mozárabe” “Miniatura hispanomusulmana e hispanohebrea” Madrid 1962.
- Richard Ettinghausen y Oleg.Grabar, El arte y la arquitectura del Islam 650-1250, Londres 1987
Autor/es:
Artista visual e investigador en estética.
La escritura es una de las fuentes de creatividad y creación, y el puente entre las estaciones de la civilización. Yazid Kheloufi bebe de esta herencia saturada con el aroma de la arcilla y el color místico. Es el heredero legal de miles de profesionales de la escritura y el papel desde el amanecer de la historia. Esto es lo que encontramos encarnado de manera intensificada y en alto código en los espacios de trabajo artístico hacia Yazid, Yazid hacia el alfabeto con su profundidad celestial a través de una sinfonía visionaria encarnada por el espacio del vacío que conduce al edificio cargado con una dualidad de gusto pasando por una visión estética. Espiritualidad: La belleza está entre el ojo del corazón y el ojo del cuerpo.