La herencia de la jarra de “botón” hasta nuestros días
Mucho se había hablado sobre ese pequeño apéndice superior que se ve en numerosas asas de diversas piezas andalusíes, y que hoy en día seguimos viendo en las piezas elaboradas exclusivamente por las alfareras del Rif.
En mi viaje a Marruecos, los lugareños afirmaban que eran unas piezas adheridas para anudar en ellas una cuerda y así poder transportarse en los mulos o incluso llegaban a comentar que formaban parte de una decoración antropomorfa, acompañada por dos óculos sobre la panza de la misma pieza, para espantar a los malos espíritus si se situaban en la entrada de las casas mirando hacia el exterior. El hecho es que esa pieza es mucho más antigua de lo que se cree, pues se han hallado vasijas de la edad de bronce con dicho apéndice, que en nada recuerda a una representación antropomorfa y posteriormente, en plena época romana, volvemos a observar diversas botellas y jarritas de vidrio con dicho “botón”.
La lógica nos lleva a pensar que ese pequeño apéndice superior servía para reposar el pulgar, facilitando su sujeción o su vertido en el caso. Si bien es sabido de que tras diversos estudios, la conformación de las piezas típicas rifeñas actuales han heredado su decoración, con formas lineales y punteadas, que bien se puede observar en decoraciones de hace 3000 años y no es descabellado pensar que dichos ” botones” de la parte superior de las asas, han sido fieles acompañantes de muchas piezas a lo largo de siglos, culturas y tendencias.
Nuevamente se demuestra que los procesos, tanto decorativos como de conformado, se heredan y son asimilados por toda cultura que la sucede. Así pues, muchas formas y tipologías de la cerámica y del vidrio romano, fueron asimiladas por Oriente y al Ándalus, recogiendo el relevo de las antiguas provincias romanas con sus alfares y manufacturas, hasta incluir en su repertorio dichos detalles y particularidades en su colección de piezas. Mientras tanto, seguiremos con esta bonita tradición, manteniéndola viva.