“La media Naranja que nos unió…”
Innovarte y la Fundación Paradigma Córdoba para la Convivencia, a través de la Biblioteca Viva de al-Andalus y del Museo Vivo de al-Andalus, convocaron en abril de 2020 la primera edición de un certamen que pudo llevarse a cabo gracias a la recién creada plataforma virtual: el “I Concurso de Fotografía Imágenes de al-Andalus. 2020”.
Los concursantes, en los momentos más duros de la pandemia COVID19, nos hicieron llegar la magia andalusí a través de sus fotografías desde diferentes lugares de España, Marruecos, Cuba, Méjico, Estados Unidos, Alemania, El Salvador, Guatemala, Colombia y Portugal. Ante la imposibilidad de salir de sus casas, estos creativos artistas recuperaron antiguas imágenes o crearon dibujos, pinturas e imágenes digitales que después fotografiaron. La muestra, celebrada cuando lo permitió la emergencia sanitaria, compuso un sorprendente retrato universal de la percepción de al Ándalus en el momento actual, y fue nuestro agradecido homenaje a quienes nos recordaron, en las difíciles circunstancias que vivimos, que la vida y el arte nos reconfortan.
Las bases del concurso solicitaban que las fotografías fueran acompañadas por breves textos. ¡No hay que olvidar que el Palacio del Bailío es la sede de la Biblioteca Viva de al Andalus, y aquí, la palabra tiene un lugar de honor! Hoy, cuatro años después, la propuesta de una de las concursantes, Coloma González López, ingeniera civil de San José de las Lajas, Mayabeque, Cuba, inspira a Elisabeth Eguía en su visita a los jardines de uno de los primeros y más bellos monumentos mudéjares: el Real Alcázar de Sevilla. Las tres fotos destilan el embriagador aroma de la flor de azahar, que en esta nueva primavera embarga a Cuba y España. Este es el bonito texto que Coloma nos envió, acompañando su foto:
LA MEDIA NARANJA QUE NOS UNIÓ
“Los cítricos son oriundos del Asia tropical y subtropical. Tras la invasión musulmana a la Península Ibérica, al Andalus se fue colmando de estos deliciosos frutos pero… ¿Quién llegó primero? Limón, limonero… ¡las naranjas siempre primero!
En el siglo X y para la ornamentación de los patios, los califas introducen los primeros naranjos por la delicada fragancia de su azahar. Inicialmente fueron unas naranjas amargas, con piel gruesa, muchas semillas y poco zumo, agrio, de la especie Citrus aurantium. Las dulces vinieron siglos después, desde China, con el navegante y explorador Vasco de Gama, quien sembró en Portugal el primer esqueje. Los limones, tras la conquista árabe, se aclimataron de maravilla en todo el litoral mediterráneo.
Y como si fuera poco el viaje, naranjas, limas y limones se embarcaron hacia el Nuevo Mundo con la noble intención de combatir el escorbuto entre los marineros. Se cuenta que Cristóbal Colón, en 1493, sembró limones en La Española; mientras que el conquistador español y cronista de Indias Bernal Díaz del Castillo, por el 1518, plantó semillas de naranjas en el actual México.
No hay dudas: Los cítricos son el aporte ibérico agridulce al exquisito mundo frutal de las Américas. Aquí, junto a otro inmenso legado, llegaron para quedarse.”
Foto superior: La media naranja que nos unió. Coloma González López.